Que triste es la falta de sinceridad. Al menos a mí es algo que me causa mucho conflicto, no soporto a una persona que no es honesta conmigo, con otros y consigo misma. No sé si alguna vez se han topado con este tipo de personas, pero es muy triste no poder confiar en una persona deshonesta.
La deshonestidad puede alcanzar niveles tan altos que yo lo considero como enfermedad. Hay personas que dicen tantas mentiras que ya hasta se las creen ellas mismas, esto los hace vivir con la plena desconfianza de su entorno y viven en una ilusión.
Es bastante difícil que se logre una amistad o una relación en pareja con una persona de este tipo; la comunicación es básica en cualquier relación y comienzan los conflictos cuando hay ausencia o falla de ésta. Los celos y la desconfianza son consecuencia también de la falta de sinceridad.
En el gobierno, en el trabajo, en la escuela, en la familia y algunas veces hasta en nosotros mismos se da y paulatinamente aprendemos a convivir con ella, nos vamos haciendo cada vez más desconfiados, tenemos que ir forjando una armadura que nos cubra de esos ataques que muchas veces nos dañan tanto.
Seamos sinceros todos los días, empecemos por nuestra persona e iniciemos a transmitirlo poco a poco; la mayor parte de las veces que transmitimos sinceridad nos ganamos la confianza de otras personas y a ellas se les hace más difícil engañarnos.
La deshonestidad puede alcanzar niveles tan altos que yo lo considero como enfermedad. Hay personas que dicen tantas mentiras que ya hasta se las creen ellas mismas, esto los hace vivir con la plena desconfianza de su entorno y viven en una ilusión.
Es bastante difícil que se logre una amistad o una relación en pareja con una persona de este tipo; la comunicación es básica en cualquier relación y comienzan los conflictos cuando hay ausencia o falla de ésta. Los celos y la desconfianza son consecuencia también de la falta de sinceridad.
En el gobierno, en el trabajo, en la escuela, en la familia y algunas veces hasta en nosotros mismos se da y paulatinamente aprendemos a convivir con ella, nos vamos haciendo cada vez más desconfiados, tenemos que ir forjando una armadura que nos cubra de esos ataques que muchas veces nos dañan tanto.
Seamos sinceros todos los días, empecemos por nuestra persona e iniciemos a transmitirlo poco a poco; la mayor parte de las veces que transmitimos sinceridad nos ganamos la confianza de otras personas y a ellas se les hace más difícil engañarnos.
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